Bienvenid@s a este espacio donde comparto todos mis gustos, aficiones, sentimientos, creaciones, opiniones y mucho más acerca de la más grande diversidad de temas que se puedan imaginar. El propósito de este blog es encontrar personas que, como yo, se sientan orgullosas de ser complicadas, multifacéticas, con los más extraños gustos, personas únicas, que odian ser definidas de una sola manera y pertenecer al común denominador de la sociedad monótona. A tod@s aquell@s que aman la diversidad de su ser, bienvenid@s a este vuestro blog.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El sartrecillo valiente




Desde temprana edad reconocí mi gusto por la lectura. Poco a poco fui descubriendo la riqueza del género y literario y mi predilección se hicieron las novelas de Bryce Echenique. Capturada por su hermosa narrativa e hilarante prosa leí cuanta novela suya se me hizo interesante, empecé con Un mundo para Julius, El huerto de mi amada, La amigdalitis de Tarzán y Las obras infames de Pancho Marambio. Todas sencillamente geniales, consecuentemente, mi fanatismo por Bryce me llevó al típico antagonismo con Mario Vargas Llosa, incluso sin haber leído siquiera una de sus obras completa, ya que dos años antes había tratado de leer Conversación en la catedral (sin éxito) ya que debido a su complejidad me rendí aproximadamente en la página 50. Odié a Vargas Llosa.



Sin embargo, hace un año y unos meses, la admiración que un ex novio sentía por MVLL me hizo reflexionar sobre mi tonta aversión hacia él, así que decidí leer una de sus obras, mi abuela tenía la colección completa de sus libros y elegí el título que más me atrajo: Los cuadernos de don Rigoberto. Entretenida, graciosa, exuberante obra de Vargas, que me impresionó mucho con lo variopinto de los temas incluidos en esta hermosa novela. Posteriormente, dicho ex novio tuvo la (rara) amabilidad de prestarme otro libro "El pez en el agua", autobiografía de MVLL, que inmediatamente me consumió en un par de días de aprehensiva lectura y que, además, me ilustró interesantes aspectos de la coyuntura social de mi país en los años noventa. Me bastó con estos dos libros para poder calificar a Vargas Llosa como una de las mejores plumas peruanas, qué hermosa manera de crear otras realidades, por autores como él me dan ganas de escribir, de inventar ..de soñar. 


Mañana recibirá el Premio Nobel, y si pudiera decirle algo, tan solo un par de palabras (bastante ocupado debe estar), sería un simple gracias, por hacerme escapar de la opaca realidad con sus letras que me llevan a mundos fantásticos cuando más necesito huir.



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